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martes, 19 de marzo de 2013

Las olas del mar azul se balancean sobre la superficie, sin ahogarse. Sus susurros incondicionales rompen el silencio y la marejada sigue su curso natural.El añil se funde con el cielo, creando un infinito. Una pequeña vida se mueve bajo la manta color turquesa y se dispone a vivir en manos del funesto destino, dejando de forma desesperada, su existencia en la mente de aquellos que moran el universo.

martes, 5 de marzo de 2013

Para Violeta

Con la muerte de alguien a quien quieres, todo tu mundo da vueltas y no parece que vaya a frenar. Solo ves su recuerdo, borroso, ahora sobre ese ser vivo inerte.Piensas en él/ella y lo/la sientes dentro, desgarrándote las entrañas. Y solo lloras, lloras, lloras y gimes, dolorida. Piensas que no va a estar. Y no está.

lunes, 4 de marzo de 2013

El fin de la existencia

Y el viento mece suavemente las amapolas mientras las margaritas florecen en abril. El Sol se muestra y la Luna se va a jugar al escondite, en los rincones más recónditos se esconde ella y él la busca sin cesar. Dicen que si se dan la mano, una enorme niebla invadirá el Universo y este quedará sumido en la oscuridad; pero no tienen miedo, es la duda en un amor imposible. Se miran a los ojos y se abrazan psicológicamente, sin atreverse a tocarse mutuamente. Un débil gemido por la proximidad estalla en la boca de ella y un fulgor en los ojos de él se hace patente. Dispuestos a entregarse a la destrucción completa, que es el fin de su existencia, ambos se funden en un abrazo fugaz, cálido, pasional , mientras sus bocas se entregan al pecado, sin dudar un instante. Sólo fue un segundo, pero para ellos se convirtió en una eternidad. Una oleada de fuego los convirtió en un vapor blanco y grumoso; el viento se dejó de oír y las flores dejaron de observarse,pasando a ser todo el Cosmos una masa amorfa y oscura.

El hombre de los globos

Cuando las canas tiñan de plateado nuestras sienes, todos os acordaréis de él, del hombre de los globos.Siempre con su carrito musical, con sus colores y su algarabía infantil. Sus mejillas rojas y sus ojos claros, sus pequeños dientes, sus enormes manos. Su barba hecha por hilos de aluminio, su alto contenido en oro y lo bien que pasa por cobre. Sus mofletes abultados, sus orejas grandes y sus pequeñas piernecitas, que bailan al compás de la risa como si no hubiera un mañana. Sus gestos, sus sonrisas de hombre mayor, bonachonas; sus guiños de ojos al regalar caramelos a los desfavorecidos, su indiferencia total ante la gente que en la plaza se reunía para hablar mal de él a sus espaldas. Su facilidad para tocar el acordeón y el corazón de la gente, sin necesidad de cuchillo ni bisturí. Sus intentos de ser divertido sin conseguirlo, que es lo que hacía reír, su pena desamparante al no poderlo cumplir. Sus globos rellenos de helio e ilusión, sus caramelos hechos de azúcar y cañas de sonrisas desintencionadas y su carrito musical, formado por su voz y el famoso acordeón. Todos los sábados, en la gran plaza se oían sus pasos profundos sobre la acera de color terracota, hasta que un día no sonó y se convirtió en un sábado aburrido, triste e insustancial, solo se oían las campanas de la iglesia, al abrirle las puertas del mundo de los muertos al pobre hombrecillo alegre.
Unas manos amigas es lo único que hace que no te precipites antes de el reloj de las doce. Son la calidez de la amistad, de confianza. Son los ojos verdaderos, sinceros y seguros con los que te mira aquella persona a la que llamas "amiga". Es el conejo de Alice in Wonderland, que siempre llega tarde y va con prisa, pero que te presta su ayuda. Es como un árbol, te va a dar frutos incluso si no los pides. Es simplemente la amistad y la confianza entre amigos. Es la sonrisa única, que jura con una mano sobre la biblia su veracidad. Es la seguridad de tener siempre un puente para no caerme al río de la soledad, aquel puente es a lo que se llama vulgarmente "amistad".

viernes, 1 de marzo de 2013

El cielo es una nueva medida de tiempo

Y mirar al cielo y ver los aviones volar, trazando líneas blancas allí arriba.Y observar, atentamente, el dulce y tranquilo agitar de alas de las aves confiadas y calmadas. El pasar de las nubes, el viento que mece los girasoles. Los rayos curiosos del sol, recorriendo cada esquina, ávido de respuestas sin preguntar.Las algodones dulces del cielo, que se mueven lentamente y de forma vaga. El cambiar de las estaciones, el color de las mañanas y de las noches. Las luces de fiesta de la oscuridad silenciosa. El globo que no brilla, pero que se ve en el firmamento cada día del mes.El pasar de los años mirando el cielo.

Amor y sus sentidos

Pocas personas saben realmente qué es el amor. Y aquellas que lo saben no lo comparten. El amor es, simplemente, una espina, un puñal, un suspiro y un cuerpo contra tierra; una mirada ausente, un silencio inoportuno. Una herida que se abre, otra que se cierra con tu pestañeo automático y coqueto. Unos ojos, una boca, unas manos solitarias y ardientes. Un veneno, un desafío, una equivocación y una sonrisa sincera, más sincera que tú mismo. Una serpiente que se remueve, furiosa en tu estómago, produciendo una sensación extraña. Una frente sudorosa, una risita nerviosa no programada para el instante. Una flor que se marchita, otra que es eterna. Un cúmulo de sensaciones. Un "te quiero", un "te odio" con mucha más voracidad y un corazón roto. Al fin y al cabo, el amor solo es un Dios pagano cruel y frío, que te consume por dentro y te lo enseña por fuera.